Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Jimena, de 31 años, que nos escribe desde Puente Piedra.

Querida doctora Magaly Moro, le escribo porque siento que he llegado a un punto de mi relación en el que ya no sé cómo avanzar. Llevo ocho años con mi pareja, a quien quiero profundamente. Sin embargo, cada vez que tocamos el tema del compromiso, él evita dar un paso firme. Yo sueño con casarme de blanco, rodeada de mi familia, como siempre lo imaginé desde niña.

Fabián dice que casarse es un gasto innecesario y prefiere que convivamos. Cuando insiste en eso, siento que minimiza mis sentimientos y mis ilusiones. Últimamente ha propuesto que nos casemos en una boda masiva porque “sale más barato”. Doctora, cuando me propuso eso casi me desmayo; yo siempre he soñado con una celebración más personal, rodeada de nuestras familias y amigos, algo que represente nuestra historia.

No quiero que piense que busco algo exagerado o lujoso; solo quiero una ceremonia linda. A veces siento que solo pone excusas porque él teme perder su libertad o asumir responsabilidades más grandes. Me pregunto si después de ocho años juntos aún no está seguro de mí o simplemente no le interesa casarse conmigo.

Lo amo, doctora, pero no quiero seguir poniendo mis sueños en pausa. Además, me gustaría tener hijos y estoy en la edad límite. Me preocupa que esta diferencia de expectativas pueda separarnos. Por eso acudo a usted, para que me ayude a entender cómo abordar este tema sin que nuestra relación se siga desgastando.

CONSEJO

Querida Jimena, después de ocho años, es natural que desees un compromiso más claro. Habla con Fabián, explícale por qué el matrimonio, más que una fiesta, representa compromiso. Escucha también sus temores y busquen un punto medio que respete ambos deseos. Si él sigue evadiendo el compromiso, tendrás que evaluar si estás dispuesta a renunciar al sueño de casarte o lo mejor es separarse.