Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Almendra, de 31 años, que nos escribe desde Magdalena.

Almendra (31, Magdalena). Doctora Magaly, estoy sufriendo mucho por amor. Hasta hace poco pensé que había encontrado a la persona correcta. Walter estuvo insistiendo en conquistarme durante seis meses. Fue detallista, constante y paciente. Me escribía a cada rato, me llamaba para saber cómo estaba, y hasta hablaba de planes a futuro. Yo dudé al comienzo, pero su dedicación me tocó el corazón, y cuando por fin decidí abrirle mi corazón, todo cambió.

Empezó a escribirme menos, sus llamadas desaparecieron casi por completo y ya ni se acordaba de nuestras pequeñas fechas. Quise justificarlo pensando que quizás yo era muy demandante, pero su actitud se volvió cada vez más fría. Me dolía mucho, pero traté de mantener la calma y hablarlo con él.

Cuando le pregunté qué pasaba, me dijo que yo le parecía inmadura, que mis reclamos eran infantiles y que no quería estar con alguien así. Le pedí que lo intentáramos una vez más, que recordara todo lo que luchó por mí, pero me dijo que ya no sentía lo mismo. Poco después descubrí que había vuelto con su ex, esa misma mujer de la que me hablaba con tanto rencor. Decía que era celosa, tóxica, incluso que lo agredía. Y sin embargo, decidió regresar con ella.

No entiendo qué falló ni cómo pudo hacerme sentir culpable. Me comparo, me cuestiono, y no encuentro respuestas. ¿Qué me aconseja, doctora?

CONSEJO

Estimada Lorena, no te castigues por haber amado con sinceridad. A veces, las personas insisten hasta conseguir lo que quieren, pero no todos saben valorar lo que tienen. No fuiste tú, fue su inmadurez emocional. Enfócate en sanar, recuperar tu autoestima y recordar que mereces una relación donde te elijan todos los días. Suerte.