Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de Dora de 32 años, que nos escribe desde Los Olivos
Doctora Magaly, le escribo con el corazón en la mano. Con Andrés tuve ocho años de relación: hicimos planes, viajes y hasta hablábamos de tener hijos. Pero hace un año, todo cambió.
Empezó a llegar más tarde del trabajo, a estar distante, y de pronto dejó de decirme “te amo”. Me decía que estaba estresado, que tenía muchas cosas en la cabeza. Yo, como tonta enamorada, lo entendía. Hasta que un día, sin previo aviso, me dijo que necesitaba “un tiempo”. Me partió el alma.
Pasaron semanas sin saber de él. Luego supe, por una amiga en común, que estaba saliendo con su compañera de oficina, una chica más joven, soltera y, según ella, “con más tiempo para él”. Me sentí traicionada, usada. Mientras yo lloraba en casa, él paseaba feliz con su nueva conquista.
Yo hice mi proceso, doctora. Lloré, me dolió, pero aprendí a estar sin él. Empecé terapia, retomé mis estudios, me compré mis cosas. Me reconstruí. Pero ahora, como por arte de magia, vuelve. Dice que fue un error, que se dio cuenta de que me ama y que con ella “no era lo mismo”.
¿Y sabe qué es lo peor? Que siento que una parte de mí todavía lo quiere. Pero, al mismo tiempo, me da rabia que ahora quiera regresar cuando yo ya estaba avanzando. Dice que solo fue una aventura. Que yo soy su verdadero amor.
Estoy confundida. ¿Debería darle una segunda oportunidad o cerrar esta historia de una vez?
¡OJO AL CONSEJO!
Querida Dora, cuando alguien te deja por otra persona, no lo hace por error, lo hace por elección. Que ahora quiera volver no borra el dolor que te causó. Recuerda que no eres un plan B cuando la otra opción falla. Valora tu proceso y tu dignidad. Si alguien se va, no merece volver cuando le conviene. Escoge la paz antes que la costumbre. A veces, el amor propio es la mejor forma de amor.