Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Sandra, de 28 años, que nos escribe desde Comas.

Sandra (28 años) Doctora, le escribo con el corazón hecho pedazos. Yo confiaba en Francisco con los ojos cerrados. Pero todo cambió después de una reunión familiar.

Una tarde de sábado, lo invité a una parrillada en casa de mis papás. Era la primera vez que lo llevaba a una reunión con toda mi familia. Él llegó bien vestido, con una botella de vino y hasta le llevó flores a mi mamá. Todos quedaron encantados, pero especialmente mi prima hermana Claudia.

Ese día, ella se mostró especialmente cercana con Francisco: conversaban mucho, se reía de todo lo que él decía y buscaba sentarse a su lado. Yo lo noté… pero me dije: “No seas celosa, es tu prima, no pasará nada”. 

Dos semanas después, Francisco empezó a cambiar. Ya no me escribía en las mañanas, ponía excusas para no vernos, y cuando salíamos, se la pasaba pegado al celular. Algo en mi corazón me decía que algo no andaba bien.

Una noche que se quedó dormido en mi casa, no pude más y revisé su celular. Lo vi todo: mensajes con Claudia, donde se decían “te extraño”, “no puedo esperar a verte”, y hasta hablaban de lo difícil que era ocultarse. Sentí que se me congeló el alma.

Lo desperté gritando, llorando, temblando de rabia. Le mostré los mensajes y él, lejos de negarlo, me dijo que lo sentía, pero que “conectaba más con ella” y que “no podía evitar lo que sentía”. 

Desde entonces no he vuelto a verlos. Me destrozaron dos personas que amaba. ¿Cómo puedo superar esta traición?