Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Gabriel, de 36 años, quien vive en el distrito de San Miguel.

Doctora Moro, jamás pensé que mi felicidad sería motivo de tristeza, pero está ocurriendo. La gente me critica por tener un matrimonio feliz. ¿Puede creerlo?

Hace 12 años me casé con Gonzalo, un amigo de la infancia. Nuestras madres son grandes amigas y salieron embarazadas casi al mismo tiempo, por lo que crecimos juntos. Nuestra relación fue bonita desde niños y, según nos cuentan nuestras mamis, siempre nos dijeron que cuando fuéramos grandes, nos íbamos a casar y ser muy felices. Tras tres años de relación, nos casamos y ahora somos padres de dos niños.

Mi marido y yo casi nunca peleamos, somos muy hogareños y nuestra relación está basada en el respeto. Yo me siento plena, por eso siempre comparto fotos y videos en redes sociales. Todo estaba bien hasta hace unos meses, cuando una amiga del colegio comentó una de mis publicaciones: “la familia perfecta (jajajaja)”. Me pareció raro, pero lo dejé pasar.

He recibido otros comentarios similares en redes y en mi grupo de WhatsApp del colegio. Incluso, cuando les pregunté a mis amigas si todo estaba bien, una me dijo: “Claro, todo felicidad como en tu vida”. Su respuesta tuvo varios “me encanta”.

Siento que mi alegría les molesta y he dejado de publicar cosas para no incomodarlas. Me apena esta situación porque una amiga a la que estimo mucho me preguntó: “¿Te va tan bien o te gusta vivir de las apariencias?”. No supe qué decir y ella sonrió irónicamente. ¿Qué me aconseja, doctora?

CONSEJO

Querida Gabriela, no permitas que las críticas de los demás empañen tu felicidad. Cada pareja tiene su propia dinámica y si tú y Gonzalo están felices, eso es lo que importa. Las inseguridades de los demás no deben afectar tu bienestar. Sigue compartiendo tu alegría sin sentirte culpable. Lo más valioso es ser auténtica y fiel a tu bienestar y el de tu familia.