Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de José de 45 años de San Martín de Porres.
Doctora Magaly Moro, le escribo porque cada día me siento más invisible para mi esposa. Llevamos 15 años casados y aunque siempre hemos tenido una relación tranquila, últimamente siento que todo lo que hago pasa desapercibido. Ella está muy ocupada con el trabajo y los hijos, y yo quedo como un extra en la casa. Es más, nuestras noches de intimidad ya parecen cosas del pasado y las extraño mucho.
Me esfuerzo por ayudar en las tareas, pero muchas veces siento que nada es suficiente. Cuando intento hablar con ella, me responde con prisa o está distraída con sus quehaceres. Me preocupa que esa falta de atención nos esté alejando sin que lo notemos, y temo que la rutina y el estrés terminen por desgastarnos más.
No sé si debería buscar realizar actividades juntos para reconectarnos o simplemente esperar que las cosas mejoren solas. Me da miedo insistir y que me rechace, pero también me duele la distancia que siento cada vez más grande. Quisiera que pudiéramos recuperar la cercanía y que mi esposa también me vea como un compañero y no solo como alguien más en casa.
Agradecería mucho su consejo para manejar esta situación y evitar que mi relación se enfríe más. Quiero ser un apoyo para mi familia y también sentir que pertenezco a este equipo que formamos juntos. ¿Qué puedo hacer?
CONSEJO
José, es bueno que notes lo que pasa y quieras actuar para cambiarlo. Prueba buscar un momento tranquilo para hablar con ella, de manera simple y que no suene a reclamo. También puedes invitarla a hacer algo juntos, como salir a pasear o a comer. A veces solo un poco de tiempo compartido hace toda la diferencia para volver a conectar.