Cada vez que tiene oportunidad de hacerlo, el papa León XIV menciona al Perú y en especial a Chiclayo, donde fue administrador de la diócesis y luego obispo.
“Como religioso agustino fui misionero en el Perú, y entre el pueblo peruano maduró mi vocación pastoral. ¡Nunca podré agradecerle lo suficiente al Señor por este regalo!”, expresó ayer a la Curia, (“gobierno de la Iglesia”) y a los empleados del Vaticano durante una audiencia llena de buen humor.
A ellos les pidió trabajar “evitando prejuicios y con una buena dosis de humor, como enseñó el papa Francisco”.
“Sí, como sabéis, llegué hace sólo dos años (al Vaticano), cuando el amado papa Francisco me nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos. Así que dejé la diócesis de Chiclayo, Perú, y vine a trabajar aquí. ¡Qué cambio! Y ahora…¿Qué puedo decir?”, expresó asombrado.
Se mostró de muy buen humor
En el aula Pablo VI reafirmó que su experiencia misionera forma parte de su vida. “Y sigo y seguiré, mientras Dios quiera, en este servicio que me ha sido confiado”, añadió el pontífice nacido en Estados Unidos y con nacionalidad peruana.
“Si los aplausos son más largos que el discurso, entonces tendré que hacer un discurso más largo. Tened cuidado”, añadió León XIV. Los asistentes aplaudieron más entre sonrisas.
El Santo Padre aconsejó demostrar unidad y amor en situaciones cotidianas, como en nuestro lugar de trabajo.