Hoy, 8 de marzo, miles de mujeres en todo el Perú tomaron las calles para alzar su voz en el Día Internacional de la Mujer 2025, exigiendo el fin de la violencia de género, mejores condiciones laborales y políticas efectivas de protección.
En Lima, la movilización central, conocida como Marcha 8M, puso sobre la mesa problemáticas como la precarización del trabajo femenino y la alarmante cifra de feminicidios y desapariciones en el país.

Según los últimos reportes, en el último año se han registrado 170 feminicidios y más de 17 mil desapariciones, la mayoría de mujeres y niñas. Diversos colectivos denunciaron que estos crímenes ocurren en un contexto de desprotección, donde el Estado no garantiza la seguridad de las víctimas.
Desde diferentes distritos, grupos organizados marcharon hasta el Centro de Lima, donde se llevó a cabo la principal concentración. La protesta estuvo conformada por diversos bloques, incluyendo trabajadoras del hogar, representantes de ollas comunes y familias de víctimas de feminicidio.

“Somos el grito de las que ya no están”, “Nos queremos vivas” y “No es no” fueron algunas de las consignas que se leyeron en pancartas a lo largo de la marcha.
En la Plaza San Martín, algunas manifestantes denunciaron que efectivos policiales intentaron desalojarlas, retirando pancartas y banderas de protesta. Sin embargo, el incidente no escaló y la marcha continuó con normalidad.
El impacto del 8M no solo se sintió en Lima. En ciudades como Cajamarca, Piura, Arequipa y Cusco, miles de mujeres también se congregaron en plazas y calles principales para sumarse a la jornada de lucha.
Uno de los reclamos más fuertes de la movilización fue la alta informalidad laboral que afecta a las mujeres en el país. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 73.6 % de las mujeres peruanas trabaja en condiciones informales, sin acceso a beneficios ni derechos laborales básicos.


Las manifestantes hicieron un llamado al Gobierno para implementar medidas urgentes contra la violencia de género, incluyendo mayor acceso a la justicia para las víctimas y una efectiva protección para quienes denuncian agresiones.
Al finalizar la jornada, las organizadoras destacaron la importancia de mantener viva la lucha y recordaron que el 8M no es solo un día de conmemoración, sino una fecha para exigir cambios estructurales en favor de la igualdad y la seguridad de las mujeres.

