Por primera vez, la Amazonía peruana fue escenario de la Conferencia de las Partes (COP30), un encuentro que reunió a líderes internacionales, científicos, organizaciones indígenas y sociedad civil para acelerar las respuestas frente al cambio climático. El evento marcó un hito para la región, al colocar el debate climático en el corazón de los bosques que están en primera línea frente a la deforestación y la presión sobre sus recursos.

Durante la cumbre, el Perú presentó el “Paquete País”, una hoja de ruta que busca convertir compromisos ambientales en acciones concretas, con énfasis en participación local, conservación y mejoras en la calidad de vida de las comunidades que dependen directamente del bosque. La propuesta apunta a unir esfuerzos de gobierno, organizaciones indígenas y cooperación internacional para impulsar soluciones sostenibles en territorio.

Las organizaciones indígenas llegaron a la COP30 no solo como aliadas, sino como presentadoras de resultados. AIDESEP, en su participación, destacó experiencias como el Programa REDD+ Indígena Jurisdiccional y el impulso de un mecanismo de financiamiento directo para comunidades, orientado a fortalecer su capacidad de gestión, conservación y vigilancia territorial.

Entre las iniciativas más resaltadas estuvo el Sistema de Alertas y Acciones Tempranas (SAAT), una herramienta creada y administrada por líderes indígenas para monitorear los bosques y responder de manera rápida ante amenazas como tala ilegal, minería y otras actividades ilícitas. Este modelo, que combina uso de tecnología con conocimiento ancestral, ya viene mostrando resultados en diversas zonas del territorio amazónico.

El rol de las mujeres amazónicas también tuvo una presencia destacada durante el encuentro, especialmente en temas relacionados con seguridad alimentaria, recuperación de semillas, manejo de chacras integrales y adaptación agrícola al cambio climático. Desde las organizaciones, se remarcó que la participación femenina es clave para la sostenibilidad de la gestión territorial.

Por su parte, WWF presentó el “Amazon Footprint Report”, el primer análisis regional que conecta la expansión de cultivos y ganadería con la pérdida de bosques en la Amazonía. Este estudio busca aportar información precisa para orientar acciones más focalizadas y efectivas en la reducción de la deforestación.

La COP30 concluyó con una idea central compartida: la Amazonía no solo es un territorio crucial para el clima global, sino también un espacio donde se están generando soluciones reales desde las propias comunidades. El desafío ahora es mantener el impulso, asegurar los recursos y reforzar el trabajo conjunto para proteger el bosque y garantizar un futuro sostenible para las próximas generaciones.

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