Ángela Ponce no solo toma fotografías. Lo hace como quien recoge verdad, memoria y lucha. Desde los Andes hasta las redacciones internacionales, su cámara ha sido testigo de un país que no quiere olvidar.
Su camino en la fotografía comenzó en el Museo Mate, fundado por Mario Testino. Si bien, allí se desarrollaba como traductora, un encuentro fugaz con el célebre fotógrafo cambió su mirada.
“Quería hacer fotografía de moda, me gustaba el diseño (...). Cuando lo vi, le dije que quería hacer fotos y me dio un consejo: que estudiar era clave, que no solo es apretar un botón, hay que saber de luces, composición, técnica, números”.

Siguió ese consejo y terminó encontrando otra verdad. La calle, la historia, el dolor ajeno. Se enamoró del fotoperiodismo. Su paso, en 2016 por el Grupo Epensa fue decisivo. “Cubría y hacía fotos desde balaceras, huaicos, hasta conferencias en Palacio de Gobierno, donde aprendí rapidez y esa mirada periodística. Ahí dije: esto es lo que quiero hacer”, afirma Ángela quien plasmó su trabajo en las páginas de diario OJO.
En sus días libres, viajaba a Ayacucho. Estaba comenzando su primer proyecto documental, sin saber que eso la llevaría a ganar uno de los premios más importantes del fotoperiodismo mundial: el Visa d’Or humanitario, en 2017.

Muestra fotográfica del proyecto “Guardianes de los glaciares”, de Ángela Ponce.
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“Ayacucho” es una recopilación de varios años de trabajo. Fotos que grafican la lucha contra el terrorismo en el Perú, de las víctimas, de las entregas de cuerpos, de las madres que nunca olvidaron. “No viví los años oscuros, pero trato de entender y empatizo lo que es tener un ser querido desaparecido”, dice. Su cámara se volvió un puente entre la ausencia y la memoria.
Luego vino otro viaje, más frío pero igual de urgente: los glaciares. “Encontré una comunidad en las faldas del glaciar tropical más grande del mundo en Cusco, donde una familia al abrir la puerta veía cómo retrocedía cada día el glaciar por el cambio climático... es fuerte”.

Desde 2022 trabaja en ese proyecto de largo aliento. Hoy, gracias a una beca de National Geographic, documenta el nevado Salkantay y su vínculo con el agua, la cosmovisión andina y la crisis climática. “No es solo sobre glaciares. Es sobre cómo el hombre se relaciona con la montaña como si fuera un abuelo, una presencia viva”.
Ser mujer en un campo dominado por hombres no ha sido fácil. Hoy es parte de Ruda Colectiva, un grupo de fotógrafas latinoamericanas. “A veces creemos que las mejores historias están lejos, pero también están aquí, a nuestro lado, en la familia o en el vecino”, reflexiona.

Foto de su documental “Ayacucho”.
OJO AL DATO
Forbes la reconoció entre las 50 mujeres más poderosas del Perú en 2025 y, un año antes, como una de las 50 personas más creativas del país.
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2
referentes
de mujeres fotógrafas tiene: Vera Lentz (retrató parte del terrorismo) y Gisela Cáceres (fotoperiodista).
2024
ganó
beca en el Festival PhotoVogue por su proyecto Guardianes de los Glaciares.
En 2016 ganó el Concurso de Fotografía Documental Espacio Tiempo con “Uchu”.
1
consejo
a aquellos jóvenes que buscan iniciarse en la fotografía les pide “sean honestos consigo mismos”.