En medio de los grandes desafíos económicos, las micro, pequeñas y medianas empresas (MYPES y MiPymes) han encontrado en el mercado del factoring un aliado estratégico. Este instrumento financiero se ha convertido en un socio fundamental que les brinda liquidez operativa y capital de trabajo, impulsando su crecimiento en nuestro país.
Resultado de ello es que, en 2024, el mercado de factoring alcanzó un récord histórico en Perú al superar los S/ 43 mil millones en desembolsos de facturas negociables, reflejando la creciente confianza de las empresas, en su mayoría Mypes, en esta herramienta financiera.
Las proyecciones para los próximos años son aún más alentadoras. Se espera que este 2025 el monto de facturas negociables ascienda a S/ 55 mil millones, lo que representaría un incremento del 31%, según PRODUCE.
Además, se anticipa un crecimiento promedio anual del 32% desde 2025, alcanzando un estimado de S/ 127,211 millones en el 2028, permitiendo a las MYPES enfrentar desafíos financieros y fomentar su sostenibilidad.
En lo que se refiere a términos de volumen, el número de facturas negociadas, ha experimentado un aumento significativo en los últimos años. Según registros, en 2016, se negociaron 14,401 facturas, mientras que en 2023 esta cifra ascendió a 1,549,161. El crecimiento fue más notable en 2024, con 3,483,543 facturas negociadas, y las proyecciones para 2025 anticipan un total de 3,655,240 facturas.
Por otro lado, el plazo promedio de pago también ha evolucionado con el tiempo. En 2016, el promedio era de 84 días, mientras que en 2023 se redujo a 80 días y en el 2024 se mantuvo en 80 días. Se proyecta que en 2025 alcance los 88 días. Para Roberto Nuñez, CEO de Adelanta Factoring, este comportamiento evidencia los retos que enfrentan las empresas en la gestión de sus flujos de pago y la necesidad de alternativas financieras como el factoring, para garantizar la continuidad de sus operaciones.
Los sectores en los que destaca el factoring están retail, restaurantes, servicios, tecnología, agroindustrial, infraestructura, automotriz, edificaciones, transporte, telecomunicaciones, energía, pesca, minería, hidrocarburos, educación, banca y finanzas, agropecuaria, medios de comunicación, y otros. Esta diversidad sectorial permite a empresas de distintos rubros reducir su dependencia del crédito bancario tradicional.