Aurora Caruajulca

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Miles de fieles católicos recorrieron ayer Jueves Santo las siete iglesias del Centro de Lima, y en medio de oraciones y cánticos elevaron un clamor común: pedir a Dios que termine con la ola de extorsiones y crímenes que azotan al país.

Con velas, espigas, rosarios y estampitas en mano, los devotos caminaron en silencio de templo en templo, recordando el camino que siguió Jesús hacia su crucifixión.

“Señor, protégenos de los delincuentes, asesinos (...) Tengo miedo que a mi hijo le caiga una bala perdida, un amigo de él acaba de fallecer por ese tema. Yo rezo por él todas las noches. No es justo vivir así”, contó una feligresa a la prensa, mientras salía del convento de San Francisco.

Este año, el pedido por protección y seguridad superó incluso a las tradicionales plegarias por salud. “Queremos que haya más seguridad en el país”, dijo con firmeza otro peruano, a su salida del Convento Santo Domingo.

Frente a esta realidad, muchos pidieron también por las autoridades. “Dios mío, dale fuerza a la policía para que capture a esos delincuentes”, rezó una mujer en La Merced, con un rosario apretado entre las manos.

A pesar del temor, la fe sigue moviendo multitudes. Familias enteras, jóvenes, adultos mayores y grupos parroquiales caminaron en silencio por las calles del Centro Histórico, visitando templos como la Catedral de Lima, San Pedro, San Agustín y Santa Rosa de Lima.

El recorrido de las siete iglesias es una tradición que simboliza el acompañamiento a Jesús durante su pasión. En cada templo, los fieles hacen una pausa para rezar, meditar y agradecer.

Muchos aprovecharon la ocasión para confesarse o dejar intenciones en las urnas colocadas cerca del altar. Algunos llevaron folletos con oraciones, mientras que otros simplemente cerraban los ojos en silencio.

Otros fieles también aprovecharon el día para pedir por trabajo y salud. “La situación está difícil. Yo tengo dos hijos y estoy sin empleo desde febrero. Solo me queda confiar en Dios”, dijo don Rubén, cargando a su pequeña nieta.

11 iglesias

se encuentran inhabilitadas para visitarlas (San Agustín, Inmaculada Concepción, Santa Rosa, San José, Santiago Apóstol, entre otras).

Las iglesias habilitadas permanecieron abiertas hasta entrada la noche, adornadas con flores y luces para recibir a los fieles.