Sumergido en el fondo marino, la Marina de Guerra del Perú logró ubicar gran parte del fuselaje de la aeronave KT-1P N° 446, que piloteaba la alférez FAP Ashley Vargas Mendoza, cuando desapareció el pasado 20 de mayo al realizar un vuelo de instrucción en Pisco, en la región Ica.

Aunque aún no hay rastro de la joven, el ministro de Defensa, Walter Astudillo, aseguró que “prácticamente ya se ha determinado la zona del impacto del aeronave”, por lo que están en una fase final de la búsqueda y esperan tener noticias pronto.

“Ya hay un área que está delimitada y se ha restringido el acceso. Existe personal de la Marina de Guerra que está realizando los trabajos necesarios porque ya se han encontrado partes importantes del fuselaje”, refirió.

LABOR. El ministro se refirió al área de Punta Otuma, en la Reserva Nacional de Paracas, donde el buque hidrográfico BAP Carrasco avistó la parte del fuselaje mencionado a 20 metros de profundidad.

Esto gracias a “una prospección submarina con sonar de barrido lateral”, método que usa ondas sonoras para obtener imágenes detalladas del fondo marino. Luego de ello se desplegaron buzos de la Marina para la verificación directa.

Como resultado, se ubicó restos de la aeronave en el lecho marino, hallazgo que “confirmó el equipo operativo a cargo”, detalló la Marina.

MÁS. Tras el hallazgo, Astudillo dijo que se aumentó el número de buzos que inspeccionan la zona. De los iniciales 10 buzos de la Marina de Guerra “ahora son 20” que refuerzan las acciones subacuáticas en el área, detalló.

En tanto, la familia continúa con trabajos de búsqueda y aguarda con esperanza hallar a Ashley. “Mientras su corazón no esté en casa, el nuestro no descansará”, señaló un pariente.

José Ocampo, abogado de la familia, declaró a Infobae Perú manejar la hipótesis de que “el avión colapsó en el aire y terminó introduciéndose en el mar”.

OJO AL DATO. En el área trabajan unos 160 marinos, integrados por personal buzos y especialistas en el uso de tecnología avanzada.