Aurora Caruajulca
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Anthony Choy no siempre fue el investigador del misterio que todos conocen. Su vida iba por otro rumbo.Era abogado. Periodista. Poeta. “Lo mío era el derecho y la comunicación. Escribía, hacía poesía. El misterio no estaba en mis planes”, recuerda.
Pero en febrero de 1996, algo lo golpeó desde el cielo. Una experiencia mística, sin nombre ni explicación.
“Sentí que vino un rayo del cielo. Una energía violenta, extrema… y a la vez una sensación de infinita felicidad que nunca he vuelto a sentir”.
Aquel suceso, justo frente a la casa de sus padres, en La Molina, fue un antes y un después. Desde entonces, decidió buscar respuestas.
Comenzó por las misas de sanación. Investigó supuestos milagros. Luego, se sumergió en el mundo de las regresiones a vidas pasadas.
“Quería entender qué pasa después de la muerte”.Pero el verdadero quiebre llegó en 1999. Una mujer le pidió una regresión no para saber quién fue en otra vida, sino para recordar un episodio extraño mientras dormía. “Durante la sesión, recordó un aparente secuestro extraterrestre. Decía que la sacaron de su casa, la llevaron a una camilla metálica y le operaron sus partes internas. Ella lloraba y escuchaba que le decían: ‘No llores, te estamos curando’”.

Impactado, la llevó a un ginecólogo. Tenía miomas que habían desaparecido. “El médico dijo que eso solo podía explicarse la desaparición de esos miomas a través de una cirugía”.
Conforme avanzaba sus investigaciones, Choy se convirtió en investigador del fenómeno ovni. Viajó por todo el Perú y el extranjero. En 2008, fue convocado por Radio Capital. Durante 14 años, condujo Viaje a otra dimensión. Recibió más de 18 000 llamadas de oyentes, ninguna maliciosa.
“La gente quiere contar sus historias. Y yo quiero escucharlas”.Pero los misterios también dejaron cicatrices. En 2013, investigó un caso de posesión demoníaca en Villa El Salvador. Una adolescente vivía experiencias inexplicables. “La documenté. Grabé a la familia, a la niña. Pero cuando regresé a casa, sentí que había traído algo conmigo”.

Días después, mientras escribía el guion de su programa, su esposa fue herida por una ventana que se desplomó de manera inexplicable. “Todo fue muy extraño. Sentí que algo oscuro había entrado en mi casa. Desde ese día, jamás volví a investigar el tema demoníaco. No estaba preparado espiritualmente para eso”.
Pero si algo ha fascinado al público, son las llamadas “puertas dimensionales”. Fenómenos que ocurren, según múltiples testimonios, en el distrito limeño Lince.“La gente desaparece y aparece en otro lugar. Todos describen lo mismo: un desierto. Al fondo, una ciudadela metálica, futurista. No hay personas. No hay plantas. No hay sonido”.
Otra variante, explica, son los bucles espacio-tiempo. “Personas que caminan por la misma cuadra de Lince y vuelven a pasar una y otra vez, como atrapadas en un loop”. Hay más: visiones de una Lima antigua o de una Lima futura, intacta, como de maqueta. “Todo parece nuevo, perfecto. Como si la ciudad estuviera recién hecha”.

¿Es una ilusión, un viaje en el tiempo, un universo paralelo? Choy tiene una hipótesis inquietante: “A veces pienso que estamos en una simulación. Como en la Matrix. Todo lo que cuentan me hace pensar eso”.El misterio le dio una nueva vida. “Pensar que existen otras realidades, que hay almas que vienen de otros planetas, que existen los milagros, hace que la vida sea mucho más rica”.
Actualmente, el doctor Choy realiza Stand Up Mysteries, shows en los que mezcla humor, historias y contacto con el público.